PUERTAS Y VENTANAS CORREDIZAS, QUÉ HACER CUANDO NO FLUYEN

Si las puertas y ventanas corredizas han perdido la fluidez de movimiento, su uso puede resultar especialmente agotador.
La lluvia arenosa, el suelo, el polvo y la suciedad en general pueden afectar al buen funcionamiento de la vía. Por lo tanto, será una buena práctica el cuidado frecuente de la vía, sobre todo cuando está particularmente expuesta a agentes atmosféricos o sometida a frecuentes infiltraciones de suciedad (piensa, por ejemplo, en una puerta corredera que permita el acceso desde el jardín al interior).
Para asegurar y preservar el correcto deslizamiento de la ventana o puerta corredizas, comience limpiando cuidadosamente el carril con un paño limpio y un poco de agua caliente. De esta manera eliminan incrustaciones de polvo, tierra o arena.
Deslice la hoja un par de veces para comprobar su movilidad y la presencia de impedimentos adicionales en el perfil del riel o de la hoja.
Si no hay mejoría, repita la limpieza con agua. De lo contrario, asegúrese de que la pista esté bien seca y limpia para pasar a la etapa final.
El toque final restaurará su ventana o puerta corredizas a la suavidad… original. Para lograr esto, sólo necesita obtener uno de los lubricantes en spray más populares del mercado (puede encontrarlos en ferreterías). Lubrique bien el riel, sin excederlo, y deslice la hoja hasta que el líquido esté bien distribuido tanto en el riel como en la sección del perfil de la puerta o ventana corredizas que descansa sobre el riel.
Con esta sencilla operación puede recuperar la fluidez de movimiento original de su puerta o ventana corredizas.